O al menos esas son las estimaciones, ya que para las comunidades de propietarios y ante el panorama actual marcado por la pandemia, para las comunidades de vecinos reabrir sus piscinas supone entre otras medidas un incremento de la limpieza, la desinfección de espacios, establecer un aforo limitado y un control de acceso y una determinada distancia de seguridad.
Por todo ello, y, ante la llegada del buen tiempo, el Ministerio de Sanidad publicó en mayo una serie de recomendaciones para la apertura de este tipo de equipamientos, y que con el fin del estado de alarma, han sido las distintas comunidades autónomas las encargadas de establecer los protocolos de actuación concretos de cada uno de estos espacios, unos protocolos que se mantendrán hasta que acabe la pandemia.